29 Abr 2025

Filmar bajo amenaza: la ICFR, una red internacional que planta cara a la represión

NOTICIAS > 28.04.2025

Filmar bajo amenaza:
la ICFR, una red internacional que
planta cara a la represión

Durante el Festival IMPACTE!, y en colaboración con Catalunya Film Festivals y Acció>Cinema, se presentó en Cataluña la International Coalition for Filmmakers at Risk (ICFR), un acto donde pudimos conocer su labor en defensa de cineastas de la mano de su coordinador, Jordi Wijnalda.

por Àlex Gil

La última semana de marzo, el cineasta palestino Hamdan Ballal, codirector de No Other Land, galardonada con el Óscar a la Mejor Película Documental, fue agredido y detenido en Cisjordania. La noticia conmocionó al sector audiovisual mundial, que reaccionó con rapidez. Justo esos días, Festival IMPACTE! acogía una presentación de la International Coalition for Filmmakers at Risk (ICFR), una organización que trabaja para proteger a cineastas en contextos de amenaza. La Academia del Cinema Català se sumó a esta causa con una acción conjunta durante el D’A Film Festival, junto a otras asociaciones del audiovisual catalán, para denunciar —mediante la lectura de un manifiesto— esta vulneración de derechos humanos y defender la libertad de expresión. Estas muestras de apoyo visibilizan el trabajo imprescindible de una organización como la ICFR.

Desde Irán hasta Myanmar, pasando por Palestina, Afganistán o China, la libertad de creación cinematográfica sigue siendo una actividad de riesgo. Ante este panorama, la International Coalition for Filmmakers at Risk (ICFR) se ha consolidado como una voz clave en la defensa de cineastas perseguidos en todo el mundo. Fundada en 2020, la organización actúa como un paraguas protector y red de emergencia para creadores que, simplemente por contar historias, acaban en prisión, exiliados o silenciados. Pero no todos los cineastas tienen la suerte de haber ganado un Óscar. Como nos explicaba Jordi Wijnalda, coordinador de la coalición durante su paso por el Festival IMPACTE!: “no todos los cineastas son tan sexys, ni se consiguen altavoces para la causa con tanta facilidad”. Y es que tener la suerte de haber sido premiado recientemente con el máximo galardón del cine permitió una movilización internacional rápida y muy mediática, pero no siempre ocurre así.

UN ORIGEN MARCADO POR LA URGENCIA

La ICFR nació de una experiencia personal y colectiva de resistencia. Como explica Wijnalda, su misión se inspira en el caso de Orwa Nyrabia, cineasta sirio y cofundador de la ICFR que fue encarcelado en 2014. Fue liberado gracias a la movilización internacional impulsada por su esposa, la cineasta Diana El-Djaroudi. La presión mediática obligó al gobierno sirio a dejarlo en libertad. Ese espíritu de actuación rápida y coordinada dio lugar a la creación de una entidad con una misión clara: identificar, apoyar y visibilizar a cineastas en situación de grave riesgo.

Con sede en los Países Bajos, la asociación fue impulsada por la Academia de Cine Europeo y los festivales de Rotterdam e IDFA. Durante los últimos cinco años, la ICFR ha actuado tanto a través de campañas públicas como mediante gestiones confidenciales. Han intervenido en situaciones como la evacuación de Kabul o la creación de un fondo de emergencia para cineastas ucranianos afectados por la guerra. Una labor a veces visible y otras veces invisible, con apoyo legal, cartas de respaldo… El criterio principal para intervenir es claro: el vínculo con el mundo del cine, ya sean creadores premiados internacionalmente como otros con filmografías muy locales. Cada caso se valida con abogados o familiares y se decide si una acción pública puede ayudar o empeorar la situación.

CASOS RECIENTES E IMPACTO REAL

La actividad de la ICFR no deja de crecer. Uno de los casos más relevantes actualmente es el de los cineastas iraníes Maryam Moghadam y Behtash Sanaeeha, condenados a diez años de prisión por su película My Favourite Cake. Su campaña de apoyo ha conseguido adhesiones de nombres como Juliette Binoche, Pedro Almodóvar o Mohammad Rasoulof, y ha sido recogida por The New York Times. “La presión internacional incomoda a los jueces. Puede ser clave para favorecer un mejor resultado judicial”, afirma Wijnalda.

Otros casos que siguen de cerca incluyen a la documentalista de Myanmar Shin Daewe (condenada a 15 años de prisión), el cineasta afgano Sayed Rahim Saidi, la productora turca Çiğdem Mater, o los creadores chinos Chen Pinlin e Ikram Nurmehmet.

Todos estos casos se presentaron en Barcelona durante la sesión profesional Riesgos de la defensa de la libertad de expresión en el cine, organizada por el Festival IMPACTE! en colaboración con la Acadèmia del Cinema Català, Catalunya Film Festivals y Acció>Cinema.

ALIANZAS ESTRATÉGICAS Y APOYO DESDE LOS FESTIVALES

La ICFR no trabaja sola. Colabora con festivales de cine y entidades culturales de todo el mundo. El Festival IMPACTE! es un claro ejemplo. Recientemente, se ha adherido a la coalición, convirtiéndose en una de las primeras entidades españolas en hacerlo, con el compromiso de difundir el trabajo de la ICFR en el país y apoyar sus campañas a favor de la justicia para cineastas represaliados y en defensa de la libertad de expresión. El acuerdo incluye el compromiso de utilizar el festival como plataforma para las reivindicaciones y campañas: “IMPACTE! nos ha invitado a presentar nuestro trabajo, a conectar con la Acadèmia del Cinema Català y a dar visibilidad a las obras de estos creadores en riesgo”, explicó Wijnalda durante la presentación.

La colaboración se inició poniendo el foco en Irán y, en concreto, en el caso de Navid Mihandoust, director encarcelado tras haber realizado su última película al margen del control del gobierno iraní. Esta película, Cafeteria, una ficción autorreferencial, participó en el festival, con una presentación de la ICFR y una conexión online con la hermana del director desde Canadá, quien leyó un mensaje enviado por él desde prisión. Días después, aún con el festival en marcha, se recibió la grata noticia de la liberación del cineasta tras un año de prisión.

Lo peor de los cineastas en riesgo es que lo están; lo mejor, es que hacen películas. Y esas películas hay que verlas, comentarlas y compartirlas. Es la mejor manera de apoyarlos. Y ahí es donde los festivales deben hacer su trabajo”, defiende el coordinador de la ICFR, que también hace un llamamiento a la ciudadanía a seguirlos en redes, compartir campañas, firmar peticiones o hacer donaciones si es posible. “Es en la oscuridad donde los gobiernos cometen las peores injusticias, y nuestra acción puede marcar la diferencia”, dice Wijnalda, que cerró su intervención en la presentación del festival IMPACTE! con unas palabras que aún resuenan: “Sólo seremos libres cuando todo el mundo sea libre.”

Más información: https://www.icfr.international/