NOTÍCIES > 04.11.2021
Alba Sotorra: «Es con un conjunto de miradas que se pueden cambiar las cosas.»
Texto: Álex Gil – Fotos: Eladio Agudo
En el marco del segundo Congreso por la Paz, celebrado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, programamos, en colaboración con la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament del Departament d’Acció Exterior i Govern Obert, una proyección de El Retorno, la vida después del Isis, dirigido por Alba Sotorra (Reus, 1980). Su película nos muestra la dura realidad de un grupo de mujeres occidentales en el campo de refugiados de al Roj, en el noreste de Siria. Atrapadas en su pasado después de pertenecer al Isis. Tuvimos la oportunidad de conversar con la directora sobre las posibilidades del documental como herramienta de transformación, de cómo ha construido su mirada y de la necesidad de los festivales como ventana de proyección de los documentales.
¿Puede ser el cine una herramienta transformadora?
El cine transforma o perpetúa realidades, tiene un gran poder en nuestra vida y depende de la diversidad de este cine que tengamos un lugar donde reflejarnos, más o menos sano. Y el documental ya tiene de por sí una voluntad propia de transformación. Todos los documentalistas aspiramos y deseamos poder tener un impacto en la realidad y poder cambiar el mundo. Que lo podamos hacer o no es otra cosa, y con una película es obvio que es imposible. Es con el conjunto de muchas miradas, y de muchas personas trabajando juntas, que se pueden cambiar las cosas.
Tus documentales no son nada asépticos. Vives cada documental como una experiencia.
Para mí cada documental es un viaje muy bestia en todos los sentidos. Es un viaje personal, cuando vives la vida estás constantemente cambiando. Creo que tiene que ver con cómo comencé a hacer películas. Mi primer proyecto fue un documental que hice a raíz de un viaje en autostop desde Reus a Pakistán. Aquello marcó mi forma de mirar y de entender que el documental para mí era un pretexto para comunicarme con el mundo, para mirarlo y para aprender. Creo que desde entonces he sentido que a través deI documental aprendo y vivo. Después has de compartir todo eso. Para mí es imposible hacer una película sobre algo o alguien que no conozco íntimamente. Creo que soy más emocional que racional en los proyectos que hago y este vínculo humano tiene que estar. Con mis protagonistes he pasado cosas de muchos tipos. No es una relación cordial o distante, hay una implicación, y no solo en el momento de hacer la película, si no que queda para siempre. Yo sumo causas y personas a mi realidad.
¿Dónde miras? ¿Cómo escoges el conflicto de tus documentales?
No hay una estrategia. Es más el fruto de la experiencia vital que te lleva hacia un lado o hacia otro. Este viaje en autostop fue iniciático, me marcó mucho. Entonces conocí mujeres que estuve filmando que han marcado mi mirada de género, por ejemplo. Condiciona. El vínculo con el territorio que hice con aquella edad siempre ha estado allí. Fue mi primer contacto con el Kurdistán. Después he vuelto con Comandante Arian y El Retorno nace por la experiencia con Arian, sin eso ni tan sólo habría tenido acceso a estos campos de detención. Fue ella la que llamó para que me dejasen entrar.
Sin guión, ¿cómo evoluciona la escritura de tus documentales?
La gente que hacemos documentales tenemos una idea, una intuición y comenzamos a explorarla. Después es mágico como aquella intuición se transforma y me enseña lo pequeña que era mi mirada antes de acercarme y conocer aquello en primera persona. Esto es parte de tu transformación, lo que te ayuda a crecer y ver las cosas desde otro lado. A mí me daría muy mala espina que un documental lo acabe como lo había imaginado. No habría aprendido nada.
¿Te preocupa ofrecer una mirada occidental sobre estos conflictos en Oriente Medio?
La mirada es subjetiva. Soy una mujer occidental. En el Hotdocs cuando presentamos Comandante Arian, yo sólo estaba preocupada por las cinco mujeres kurdas. Estaba retratando a aquellas mujeres desde un lugar mu íntimo. El pueblo kurdo ha tomado la película como propia y eso me da tranquilidad. Evidentemente sí que la paso por mi prisma, pero siempre digo que en la relación personaje-director, el personaje se tiene que abrir mucho, en este caso yo hice el mismo paso. Esta simbiosis creo que repercute en la confianza que has de tener. Crear este entorno. Una relación mutua. Crear este entorno. Tiene mucho que ver con escuchar. Con el Retorno yo veía a los periodistas que llegaban en un momento super duro para aquellas mujeres y me parecía una falta de responsabilidad. Todo aquello sólo te servirá para crear una visión errónea, un debate mal dirigido. Ellas no estaba preparadas para una entrevista. Poder hacer una reflexión madura de lo que has vivido a la hora de explicarlo a otro. Ellas no estaban preparadas y yo tampoco. Sobre todo cuando del retrato que yo haré a estas mujeres depende su vida y la de muchas mujeres más. Algo que generará discurso en Europa y tendrá un efecto político. Los periodistas anglosajones han sido muy irresponsables en este conflicto. Han preferido los titulares sin contexto. Tenemos que hablar más de la responsabilidad que no de las miradas colonizadoras, sobre todo cuando Europa tiene algo que decir políticamente sobre eso.
Siempre desde un punto de vista feminista.
Yo pensaba que las luchas feministas eran cosa de la mi madre y este primer viaje me abrió los ojos. No sólo de la realidad de las mujeres de Oriente medio, si no de las mujeres en general. Y desde allí comienzas a reflexionar y pensar. Estos relatos de otros feminismos siempre han estado aquí, no sólo como mujer blanca, si no de las luchas de cualquier mujer y contexto.
¿Qué importancia crees que tienen los festivales de cine para los documentales?
Los festivales son nuestra plataforma para dar a conocer los proyectos, porque siempre van acompañados de los medios de comunicación que son el otro puntal importantísimo para dar a conocer nuestros trabajos. En una película de ficción tienes un presupuesto muy alto para poder hacer publicidad, pero con los documentales son los medios los que hacen este trabajo y nos ayudan a dar a conocer, a hacerse eco de la mirada. Los festivales te conectan de manera muy directa con el público. Este contacto físico que tienes con los espectadores es muy enriquecedor para el equipo, son los que dan sentido a todo este esfuerzo.