13 Ene 2023

#Núvol – La suma de sentidos

Pau Subirós ha impartido en el marco del programa Acció Cinema un taller de desarrollo de proyectos, en el que partiendo de ocho proyectos seleccionados ha trabajado con los participantes, todos vinculados al mundo de la cooperación, su concepto, estructura, desarrollo narrativo y estilo cinematográfico . El taller, que forma parte del programa de actividades del festival L’Alternativa, tiene por objetivo que los autores comprendan mejor su propio proyecto y tracen un plan de trabajo para su desarrollo posterior. En este artículo Subirós reflexiona sobre la colaboración entre cineastas y cooperantes. Tenemos más sentidos de los que creemos.

Aparte de los más primarios (el tacto, el oído, la vista, etc…) disponemos también de una amplia caja de herramientas llena de instrumentos sofisticados, mezcla de intuición, creencias y aprendizaje, que nos ayudan a dar forma en el mundo y en la vida. Uno de ellos es el sentido narrativo, esa inclinación tan humana para interconectar mil y un recortes de información en historias y relatos más o menos significativos. Todos lo poseemos y lo utilizamos a diario. Algunas profesiones (entre ellas muchas de las que tienen que ver con el cine y la comunicación) le han convertido en su materia prima principal. El sentido narrativo se interrelaciona íntimamente con el sentido crítico, el impulso por desvelar la historia y las relaciones de poder que se esconden tras todas las cosas. El sentido crítico nos susurra constantemente en la oreja que el orden actual no tiene nada natural, nos recuerda que todo podría ser bien distinto y que siempre existe una alternativa.

Entre la población se distribuye de forma irregular e incluso en nosotros mismos puede oscilar notablemente en función de las circunstancias. En cualquier caso, en ámbitos como el de la cooperación transformadora es una condición de partida indispensable. La colaboración entre cineastas y cooperantes puede ser una espléndida forma de sumar y afilar estos dos sentidos. Pero para que tenga éxito hay que huir de un simple comercio de conocimientos especializados (yo te doy experiencia audiovisual, tú me das criterios políticos). En su lugar, mucho mejor partir de la base de que tanto cineastas como cooperantes tenemos nuestro propio sentido crítico y narrativo, y que todos valoramos la diversidad de enfoques posibles a la hora de abordar una producción audiovisual.

Desde este planteamiento, la colaboración entre unos y otros puede dar lugar a todo tipo de aprendizajes y estímulos recíprocos. Podríamos extender la capacitación técnica audiovisual y al mismo tiempo generar buenos proyectos cinematográficos que partan de un conocimiento profundo y transformador de la realidad; podríamos ensanchar los lenguajes con los que abordar la acción creativa y comunicativa
de las organizaciones y al mismo tiempo aumentar la capacidad de influir desde diferentes sectores, con una óptica de transformación y mejora social. La lista de efectos positivos
podría continuar durante varias páginas. En un artículo sobre la relación entre arte y propaganda, George Orwell escribía que no puede tener un interés puramente estético en una enfermedad que te está matando. Pero también afirmaba que un escritor no puede sacrificar su integridad artística en aras de un credo político.

«La valoración estética no es suficiente, pero la rectitud política tampoco». Reducir el audiovisual a simple arma de persuasión masiva lo empobrece tanto como su uso puramente formal, vacío de contenido. La salida de este aparente callejón sin salida pasa por poner al servicio de la ciudadanía una amalgama de obras de calidad, utilizando una amplia variedad de lenguajes, códigos y formatos. El estímulo recíproco entre el mundo de la creación audiovisual y el de la cooperación transformadora puede ser un camino espléndido para avanzar hacia ese objetivo. La buena noticia es que una colaboración de esta naturaleza ya existe en el seno de muchas organizaciones y muchos de sus efectos positivos hace ya tiempo que se están produciendo. La noticia aún mejor es que programas como Acció Cinema la refuerzan aún más, dotándola de recursos y visibilidad.